Duplicidad de Carteles.

UN EJEMPLO DE FALTA DE RESPETO Y DE ACTITUDES NERVIOSAS DE CARA A LAS ELECCIONES MUNICIPALES.

Poner carteles anunciando las obras que se hacen, quien las hace, el presupuesto que tienen, y la empresa que las ejecuta, es lo normal y lo obligado desde el punto de vista legal.

Poner carteles anunciando las obras que tú no haces, quien no las hace, es lo que no es normal, ni desde el punto de vista legal ni de respeto institucional.

Estamos en época complicada, apurando las obras de último momento, haciendo un despliegue de inauguraciones, sin inaugurar las cosas terminadas, y en definitiva, paseándose por los sitios a todas las horas del día.

Pero querer confundir, duplicando vallas anunciadoras de tí misma, cuando no haces tú la obra, es un síntoma de nerviosismo nunca visto y nunca practicado desde el ayuntamiento de Marín.

El gasto absurdo en estas vallas tendrá que explicarse, sobre todo porque vendría a contribuir a incrementar lo que empieza a ser un despilfarro de dinero público sin precedentes en un equipo que gobierna, con despliegues de folletos absurdos, otros que no dicen la verdad, y en consecuencia mienten, y otros que confunden a la gente.

Las obras del Plan E contaron con un despliegue de vallas con un gasto importante, muchas ya descoloridas, que no sabemos quién se encargará algún día de quitar, pero a ningún Alcalde y por supuesto a ningún concejal o concejala se le ocurrió poner otra valla igual del Concello de Marín.

Elevaremos la queja donde proceda, porque sinceramente recurrir a estas estrategias chavacanas solamente denotan un nerviosismo que solamente pueden practicar los malos comerciales.

Adjuntamos las fotos que prueban la ridiculez de lo que se está haciendo, otro cantar será saber, si algún día logramos saber quién va a pagar la valla por ponerte una obra que tú no haces, sino que la hace y la paga el que se anuncia en la valla de al lado, es decir la Diputación Provincial de Pontevedra.

Si alguno piensa ganar votos así, es que no sabe ganarlos de ninguna otra manera más que engañando, y creemos desde el P.P. que no puede confundirse a la gente y tratarnos de tontos.